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Signos de alerta temprana en el desarrollo infantil: qué deberían hacer los niños entre los 0 y los 6 años

desarrollo infantil

Existen una serie de hitos evolutivos que son comunes a todos los humanos: conocer los signos de alerta puede facilitar un mejor pronóstico cuando se presenta alguna dificultad en el niño

RUTH ALFONSO ARIAS

El desarrollo normal en los seis primeros años es una preocupación frecuente en las familias. Sin duda, este es el período de la vida del ser humano en el que se producen los mayores cambios. Elena Matías, maestra de pedagogía terapéutica del Equipo de Atención Temprana de Torrelodones, en la Comunidad de Madrid, aclara que debemos entender este periodo como un continuo en el que cada individuo, en función de diversas variables de tipo genético y ambiental, evoluciona y se desarrolla a un ritmo personal. Ningún menor se desarrolla exactamente igual a otro. Sin embargo, existen una serie de hitos evolutivos universales que son comunes a toda la raza humana y no dependen de variables externas, y se ha comprobado que van apareciendo de manera consecutiva a lo largo de estos primeros seis años de vida.

Cuando se habla de señales de alerta los expertos se refieren a una serie de manifestaciones que indican que algo no es habitual en el desarrollo del hijo y de las que se debe estar pendiente. Es importante tener en cuenta que no todas las señales de alerta indican un retraso en el desarrollo del menor y que algunas pueden ser pasajeras.

A continuación se presentan las señales a las que debemos prestar atención, según el protocolo de Atención Temprana.

En los 0-6 meses, si se observa que el pequeño no:

De los 6 a los 12 meses, si se observa que el niño no:

De los 12 a los 18 meses, si se observa que el menor no:

De los 18 meses a los 2 años, si se observa que el pequeño no:

De los 2 a los 3 años, si se observa que el menor no:

A partir de los 3 años, si se observa que el niño no:

Y además manifiesta:

¿Qué deben hacer las familias en caso de detectar alguna o varias de las señales indicadas?

La primera tarea y esencial en la familia, propone Elena Matías, es comprender estos procesos individuales de desarrollo y aceptar, con naturalidad, que los hijos pueden experimentar, en determinados momentos de su desarrollo, pequeñas dificultades. Si observamos alguna dificultad en ellos o tenemos alguna inquietud, es fundamental hablar con los profesionales de la educación, los cuales velan a diario (con enorme profesionalidad y conocimiento de causa) por el desarrollo de nuestros hijos, para así poner en marcha los mecanismos oportunos. Apoyarnos es esencial, entendiendo que todos (familias y profesionales de la educación) tenemos un propósito común: el bienestar de los menores a los que acompañamos.

En caso de que el menor no esté escolarizado, ante la duda, lo recomendable es consultar a su pediatra.

La Atención Temprana es primordial por su carácter preventivo. Cuanto antes se realice la detección de posibles alteraciones mayores serán las garantías de prevenir patologías, lograr mejoras y permitir que el niño se adapte mejor a su entorno.

Fuente: https://elpais.com/

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