En verano aumenta un 25% el consumo de contenidos digitales en la población infantil
ABC Madrid
Con la llegada de las vacaciones escolares, el tiempo que pasan los niños en casa se incrementa exponencialmente, y en muchas ocasiones la conciliación con los horarios de trabajo de las familias es compleja. Diferentes estudios afirman que el consumo de contenidos digitales crece un 25% en verano, y la población pre-escolar se ha convertido en el grupo de edad en el que más ha crecido el uso de dispositivos electrónicos, según afirma Sheri Madigan, psicóloga y autora del análisis de exposición de los niños a las pantallas publicado por la revista JAMA Pediatrics, que expone que el 75% de niños de dos años sobrepasa el límite de exposición a las pantallas recomendado.
anda CONMiGO, centro de terapias integrales de entre 0 y 14 años, confirma que un alto porcentaje de la población infantil pasa al menos dos horas diarias frente a pantallas, entendiendo como pantallas cualquier dispositivo electrónico que brinde entretenimiento digital. «Una realidad que puede derivar en problemas notorios en el desarrollo de la sinapsis neuronal del menor si no se gradúa el tiempo de exposición digital», sostienen los profesionales de este centro terapéutico.
¿Cuánto tiempo puede mi hijo usar las pantallas?
El abuso de las nuevas tecnologías en los menores puede ocasionar riesgos irreversibles para el desarrollo cerebral y la salud visual. La Organización Mundial de la Salud recomienda evitar exponer a niños menores de dos años a pantallas, pero siendo conscientes del reto que esto supone por la presencia de estos dispositivos en prácticamente cualquier lugar, desde anda CONMiGO detallan el tiempo máximo de exposición en función de la franja de edad del menor.
Desde 18 meses y hasta los 2 años: hay que reducir el tiempo de uso de dispositivos electrónicos a una hora máxima diaria, siempre con programas elegidos y supervisados por los padres. Priorizar el tiempo de audiolibros y cuentos que estimulen el desarrollo de los pequeños.
Niños de entre 2 y 5 años: limitar el tiempo diario a una hora, pero solo de contenido de calidad educativa adecuada al menor.
Niños mayores de 6 años: establecer límites razonables de tiempo en función de las necesidades individuales del niño, siempre que sean rutinas equilibradas con actividades de juego libre, creativo, actividades físicas al aire libre y juego social.
Problemas derivados del uso de pantallas
Alineados con el argumento de Catherine L’Ecuyer, investigadora y autora de libros de educación, el equipo de terapeutas especializados de este centro terapéutico sostienen que la tecnología ‘genera dopamina’, dando al menor una sensación placentera que hace que cuando no tengan la pantalla se vuelvan inquietos y aburridos.
Cada vez es más común entretener a los niños con vídeos o dibujos animados que lejos de captar su atención producen un sentimiento de fascinación que causa adicción en los niños. De ahí que «la mayoría de los padres ante la desesperación o la falta de tiempo para atender al menor acuda a los vídeos para calmar y callar al niño y poder seguir con sus tareas», explican desde anda CONMiGO. Una medida que funciona a priori, pero ocasionando múltiples problemas en los niños a medio plazo:
—Desarrollo cerebral y emocional: Durante los primeros años de vida la interacción con el entorno físico y social es fundamental para su desarrollo cognitivo, emocional y físico. Las pantallas no pueden proporcionar la misma experiencia que las interacciones reales con personas y objetos en el mundo físico, lo que afecta en el desarrollo del lenguaje, la atención, la concentración y la capacidad de resolver problemas.
—Habilidades sociales y emocionales: El uso excesivo de pantallas en niños pequeños puede limitar las oportunidades de aprender habilidades sociales y emocionales fundamentales, como la comunicación no verbal, la empatía y la resolución de conflictos.
—Sueño y bienestar: Las pantallas emiten luz azul, que puede afectar la calidad del sueño, especialmente en los niños pequeños. Además, el tiempo frente a las pantallas puede reducir el tiempo dedicado a actividades físicas, lo cual es esencial para el crecimiento saludable y el bienestar general de los niños.
—Patrones de comportamiento: La exposición excesiva a las pantallas puede aumentar el riesgo de desarrollar hábitos sedentarios y problemas de atención en los niños pequeños. También se ha observado que un uso prolongado de pantallas se asocia con un mayor riesgo de problemas de conducta, como la dificultad en regular sus emociones, irritabilidad, agresividad y la impulsividad.
—Problemas de atención y concentración: Los estímulos rápidos y cambiantes presentes en las pantallas pueden sobrecargar el sistema de atención de los pequeños y dificultar su capacidad para concentrarse en tareas más tradicionales, como leer un libro o jugar con juguetes. Esto puede tener un impacto en su capacidad de aprendizaje y desarrollo de habilidades cognitivas.
¿Qué puedo hacer si mi niño presenta alguno de estos problemas?
El equipo de profesionales de esta organización detalla, además, que cuando los menores de dos años presenten alguna de las dificultades expuestas anteriormente es imprescindible que reciban terapias adecuadas sobre estimulación temprana para promover el desarrollo cognitivo, motor y del lenguaje; terapia ocupacional para los problemas de desarrollo motor y habilidades de la vida diaria afectadas; y terapias familiares, ayudando a los padres a comprender los efectos negativos del uso de pantallas y ayudándoles a fomentar una crianza saludable basada en la comunicación verbal.
«La solución es cambiar los hábitos de juego de los niños, estableciendo límites de tiempo de pantalla, proporcionándoles juguetes variados que fomenten su imaginación y creatividad y haciéndoles partícipes de rutinas de juegos familiares como paseos en bicicleta, caminatas, juegos de pelotas, juegos de mesa, manualidad o salidas en conjunto al aire libre», sostienen.
Fuente: https://www.abc.es/