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El 36% de los jóvenes universitarios padece algún problema de salud mental

UNIVERSITARIOS

El asesor de UNIR y catedrático en Salud Pública, Miguel Ángel Martínez-González, alerta de la incidencia de trastornos mentales entre los universitarios españoles

El asesor de UNIR Miguel Ángel Martínez-González, experto en Salud Pública y Premio Nacional de Investigación Gregorio Marañón, ha afirmado que en España el 36% de los universitarios cumplen criterios para diagnosticarles al menos una enfermedad mental». Asimismo, el 41% de la población universitaria padecerá en algún trastorno a lo largo de toda su vida, según los últimos estudios.

Estos datos revelados por Martínez-González, quien también es el catedrático de las universidades de Harvard y Navarra, ponen en evidencia una «problemática social que podría considerarse análoga al consumo de tabaco, alcohol o drogas y que ahora están ocurriendo en ámbitos relativos a la sexualidad». En esta línea, Martínez-González apuntó que otro dato preocupante aportado por el Colegio de Médicos de Madrid es que «los requerimientos sexuales a los menores durante la pandemia aumentaron un 507%».

Durante la presentación de su libro ‘Salmones, Hormonas y Pantallas’, en el Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Martínez-González expuso una visión panorámica de los problemas emergentes de salud pública que afecta a la población general tras la pandemia, con especial atención a la crisis de salud mental entre los jóvenes, las enfermedades de transmisión sexual, la pornografía, el acoso sexual y los efectos nocivos de la tecnología en la salud, temas que aborda en su libro ‘Salmones, Hormonas y Pantallas’.

«Hay que poner el foco en la crisis de salud mental que está afectando a los jóvenes. En concreto el preocupante aumento de los suicidios, que se ha convertido en la primera causa de muerte», señaló Martínez-González en el encuentro.

Este problema emergente de salud pública se ha visto agravado tras la pandemia, sobre lo que el experto alertó que detrás de ello están «los intereses comerciales a nivel mundial de las plataformas tecnológicas y la omisión de los gobiernos para abordar esta problemática».

Por su parte, Vicente Soriano, Vicedecano de Investigación de la Facultad de Ciencias de Salud y director del proyecto de Bienestar Emocional de UNIR señaló que «los trastornos de salud mental en la población juvenil suponen un revulsivo para la sociedad del bienestar. El impacto de las redes sociales, la desinformación y la ausencia de educación en valores han contribuido a crear un ambiente individualista y con poco compromiso social».

Mal uso de la tecnología y problemas de salud mental

En su libro ‘Salmones, Hormonas y Pantallas’, Martínez-González habla sobre los crecientes problemas de salud mental como consecuencia del mal uso de los dispositivos electrónicos con acceso a internet.

Basado en la evidencia científica, el reconocido catedrático aportó que «la investigación epidemiológica ha demostrado que las pantallas y las redes sociales, especialmente cuando están relacionados con contenido pornográfico o denotan acoso, afectan a la salud mental, particularmente a la de los adolescentes, contribuyendo al aumento de conductas suicida, trastornos de conducta alimentaria y otros problemas de salud mental».

En este sentido, el autor del libro insta a los padres y profesores a ser empáticos y proactivos ante este problema, «se debe hablar sobre estos temas con los jóvenes, así como a atrasar el uso de dispositivos móviles, regular el acceso a internet y establecer normas para su uso».

Entre los trastornos que ha causado el mal uso de los dispositivos electrónicos el asesor de la UNIR destaca la ‘nomofobia’, esa dependencia psicológica a estar conectado a los teléfonos móviles y la ansiedad que esto genera, o el desprecio a las personas reales que le rodean por la imposibilidad de desconectarse del móvil y estar consultándolo continuamente, conocido como ‘phubbing’. «La continua conexión a las pantallas crea, especialmente en jóvenes, un crecimiento exponencial en actitudes gregarias y despersonalizadas», explicó el investigador.

Martínez-González añadió que «la experiencia de dependencia -paradójicamente ligada a mayor sensación de soledad de los jóvenes- ha crecido en paralelo con el abuso de los dispositivos móviles con acceso a internet, las cuales ofrecen una ficticia sensación de relaciones interpersonales». Las pantallas carecen de calidez y certeza en el trato directo, impidiendo disfrutar de la necesaria proximidad, confianza y apertura de las relaciones cara a cara. Esta situación favorece el aislamiento, ansiedad, tristeza y depresión.

Necesidad de un cambio estructural

Ante el número creciente de enfermedades relacionadas con la salud mental entre los jóvenes, Miguel Ángel Martínez-González insta al sector público a tomar medidas sobre el asunto, como se ha hecho en otras ocasiones con problemas de salud pública como el tabaco, la obesidad o para descender el número de accidentes de tráfico.

Sobre este punto, el experto piensa que «es posible modificar las conductas de los jóvenes. Los cambios requieren de tiempo y educación, pero los gobiernos deben tomar medidas estructurales para fomentar estilos de vida sanos, aunque vayan en contra de intereses comerciales de grandes tecnológicas que buscan conductas compulsivas y generan dependencia».

En la misma línea, Vicente Soriano se ha referido a la necesidad de reinventar la educación en valores y las competencias en relaciones sociales y solidaridad con las personas más próximas, desde la familia al ambiente laboral.

Fuente: https://www.abc.es/

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