La historia de superación de una familia que derriba mitos y barreras
S. M.
Según la Global Down Syndrome Foundation, uno de los malentendidos más frecuentes es que las personas con síndrome de Down no pueden tener hijos. Aunque existen desafíos importantes, sí es posible. Jad Issa es uno de ellos. Este hombre sirio y su esposa tuvieron un hijo llamado Sader, lo criaron y ahora el joven es dentista
Jad, de 46 años, conoció a su mujer tras comenzar a trabajar en un molino de trigo local. Los dos se enamoraron y poco después de casarse, tuvieron a Sader. Su hijo no nació con síndrome de Down y Jad estaba decidido a darle la mejor vida posible. Ahorró dinero para que pudiera ir a la universidad y llenó de amor a su hijo. También se beneficiaron del apoyo de la comunidad local, donde Jad es conocido como una «personalidad» en la ciudad.
Crecer con un padre que tiene síndrome de Down solo ha inspirado a Sader, de 25 años, a lograr sus sueños y enorgullecerse de su familia. «Personalmente, creo que habría estado mucho menos entusiasmado con la vida y mucho menos apasionado con lo que hago si no hubiera tenido a mi padre especial», explicó. «Gracias a él, crecí con fortaleza emocional y logré todo lo me propuse. Si pudiera elegir un padre, no tengo duda alguna: lo elegiría a él», aseguró a un medio local. Jad tampoco podría estar más orgulloso de Sader, diciéndole a la gente «mi hijo es médico».
Jad tiene la condición genética por la que una persona tiene tres copias del cromosoma 21, en lugar de las dos copias habituales, lo que provoca problemas de aprendizaje y retraso en el desarrollo.
Esto no ha significado que la infancia de Sadar careciera de amor, apoyo y orientación de ninguna manera. Jad colmó a su único hijo con toda la atención que pudo y se aseguró de que se concentrara en sus estudios.
En declaraciones a la Sociedad Siria para el Desarrollo Social, Sader dijo: «Estoy orgulloso de mi padre. A lo largo de mi vida, ha sido el mayor apoyo para mí cuando lo necesitaba».
El orgullo va en ambos sentidos ya que Jad también está extremadamente encantado con la elección de profesión de su hijo.
Sader agregó: «Es posible ver cuando sus ojos se llenan de alegría y satisfacción como si expresara: ‘Sí, tengo síndrome de Down, pero crié a este hombre e hice todo lo que estaba a mi alcance para que se convirtiera en médico y ayudara a los demás’».
En la mayoría de los casos, el síndrome de Down no se hereda, ya que es causado por un cambio genético único en el espermatozoide o el óvulo. De acuerdo con la sociedad del síndrome de Down, si uno de los padres lo tiene, existe una probabilidad del 35% al 50% de que el niño lo herede.
«La esperanza de vida de las personas con esta condición aumentó de 25 años (en la década de 1980) hasta los 60 ahora. Logran tener un empleo un número significativo, muchos de ellos asisten a la universidad y algunos se casan», explica el National Down Syndrome Congress (NDSC).
Sader habló con Metro.co.uk sobre algunos de los comentarios que recibe de la gente sobre su madre y su padre, quienes todavía están juntos. «Una de las preocupaciones de la gente es «¿cómo puede una mujer que no tiene síndrome de Down puede casarse con un hombre con síndrome de Down?», indicó. «Creo que si los dos están en la misma página, ¿por qué no casarse? Son intelectualmente adecuados el uno para el otro; personas muy sencillas pero cariñosas y afectuosas».
El joven cuenta que, a pesar de que sus padres están casados desde hace décadas, el amor constante que se tienen hace parecer que se hubieran casado ayer. Salen a caminar juntos y se sientan a conversar durante horas.
Otro comentario que Sader recibe a menudo es la rareza de ver a un padre con síndrome de Down. «Cuando las personas buscan en Google, encuentran que los hombres con síndrome de Down son infértiles, por lo que se confunden cuando escuchan sobre nosotros», explicó. «Conozco seis casos más de padres con síndrome de Down».
Fuente: https://www.abc.es/