Muchos padres se enfrentan al dilema acerca de su nuestro hijo necesita clases particulares en el domicilio
S. F.
Madrid
La profesora del Máster en Psicopedagogía de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Bianca Serrano, ha señalado hoy: «Si la gran tarea de los niños es aprender la nuestra, la de los adultos, debería ser comprender qué le sucede y, en consecuencia, qué necesita».
Muchos padres se plantean si su hijo necesita clases particulares de refuerzo escolar; sin embargo, si no se «toma conciencia» primero de qué necesita el niño ir a clase tras el horario escolar puede tener «el efecto contrario».
Así lo ha explicado Serrano en un entrevista a Ep en la que ha advertido de que «el punto de partida es conocer en qué situación se encuentra» el niño.
De este modo, ha relatado cómo, para abordar cualquier dilema acerca de si nuestro hijo necesita refuerzo académico, el punto de partida es «conocer y analizar» en qué situación se encuentra. Para ello, habría que conocer sus dificultades «concretas» en cuanto al ámbito escolar «y qué es lo que necesita» para que, antes de diseñar cualquier refuerzo académico, se «tome conciencia de qué está sucediendo».
«En ocasiones», ha relatado, «las familias optan por un refuerzo académico en un área cuando el niño no presenta ninguna dificultad concreta, sino que a lo mejor lo que hay es algo emocional, de desmotivación o de que nos le gusta ese ámbito«. En estas situaciones, acudir a un refuerzo académico «puede producir el efecto contrario, que el niño se desanime».
Ante esto, su propuesta es «que no solo miremos lo que hay en la superficie, sino que veamos dónde pueden estar las causas de que presente una dificultad«. La idea sería »realizar un trabajo conjunto, coordinado, entre la familia, el tutor y el departamento de Orientación« y ahí pensarlo.
Los dos refuerzos principales que va a necesitar el niño es en las área del Lenguaje y las Matemáticas y, ahí, «podemos plantearnos un refuerzo pero después de una coordinación». De este modo podemos ver las causas, que «pueden ser emocionales» u otras como «cognitivas», porque nos podemos estar enfrentando a una situación con un niño con dislexia o altas capacidades.
Para esta docente es importante estar «atentos» al niño. A partir de los tres años se puede observar si hay algún problema atendiendo a cómo se mueve, cómo explora el mundo porque ahí «ya hay mucha información». Luego será a partir de los seis o siete años cuando se puede comenzar a ver con más claridad si hay alguna necesidad de refuerzo.
Con respecto a la realización de deberes en casa, ha relatado cómo «aprender no es una tarea individual» y, por tanto, «es muy importante que, en casa, haya un acompañamiento enriquecedor, amable».
Se trata, ha dicho, «no de estar encima, sino de estar a su lado». En definitiva, «tenemos que estar cerca y generar entornos enriquecedores, estimulantes para afrontar« la tarea.
Fuente: https://www.abc.es/