Los padres queremos recetas y soluciones en esto de educar criaturas. Hay charcos por todos sitios: ¿tienen cabida hoy día los cuentos clásicos de princesas rescatadas? ¿Se deben decir a los niños frases como ‘vaya pelo de gitana llevas’? Esta educadora acaba publicar ‘Educar en la tolerancia’ y contesta ‘no’ a lo primero y ‘no’ también a lo segundo.
MAR MUÑIZ
Es mujer, maestra y ha sido migrante dos veces, así que Coni La Grotteria (Buenos Aires, 1983) sabe lo necesaria que es la tolerancia. Por lo que ha sentido en sus propias carnes y por lo que ve en las aulas, se lo juega todo al poder transformador de la educación. En casa suceden muchas cosas, pero en el cole, también. Y los profes, ya se sabe, parece que a veces no ven más allá de la pizarra pero no se les escapa una.
Coni La Grotteria es maestra en Infantil (0-6 años), Premio nacional Educa como mejor docente en España y en 2021 fue una de los 50 finalistas del Global Teacher Prize, conocido como el ‘nobel’ de la Educación. Después de algunas incursiones en literatura infantil y en ámbitos más académicos, ahora acaba de publicar su primer libro de divulgación, ‘Educar en la tolerancia. Cómo vivir comprometidos con la igualdad y la diversidad’ (Plataforma Editorial, 2023). En él, propone cambiar la mirada para reconocer al otro sabiendo que las diferencias coexisten y deben respetarse.
Pregunta. ¿Cuánta responsabilidad en la educación de un niño se reparte la familia y la escuela?
Respuesta. No entiendo la escuela sin la familia y viceversa. Vamos acompañados. Las familias tienen un papel fundamental, es donde los niños reciben la primera socialización. En la escuela hay que dejar espacio a la familia porque ambas tienen que compartir la misma mirada.
Pregunta. Es directora pedagógica de una escuela en Valencia. ¿Cómo trabajan?
Respuesta. Seguimos una metodología activa con las familias, que tienen libertad para acompañarnos. Seguimos la filosofía Montessori, porque ponemos al niño en el centro del aprendizaje. Es él quien descubre. Trabajamos desde la disciplina positiva, con máximo respeto hacia ellos. Le doy muchísima importancia a las asambleas en clase: cada día empezamos así la jornada y en ellas trabajamos valores como la autoestima, la cohesión del grupo, el diálogo, el pensamiento crítico…
Pregunta. La tolerancia siempre ha estado en su punto de mira…
Respuesta. Empecé con libros infantiles sobre la diversidad racial, como el ‘El negro mola’, donde intento quitar la connotación negativa al color negro: no solo es el color del enfado y la oscuridad, sino el de la elegancia, el chocolate…; o el ‘El color de la piel’, del que salió el proyecto Escuelas de Paz, implementado en más de 30 colegios de España y de Latinoamérica. Enviamos un libro con lápices de distintos tonos para pintar el color de la piel.
Pregunta. Algunos dicen que ya no se puede decir nada sin que a uno lo miren mal.
Respuesta. Si queremos que lo que sembramos llegue de verdad a la sociedad hay que hacer un poco de autocrítica. Tenemos que ser un buen modelo lingüístico y atender a qué decimos y cómo lo decimos, con autocontrol. Es fundamental respetar al otro.
Pregunta. ¿Entonces no tenemos la piel muy fina?
Respuesta. A los que creen que sí les diría que se pongan en la piel de un niño al que le dicen ‘vete a tu país’. ¿Son frases que no hacen daño? Hay que cuidar lo que decimos. La última estadística del Observatorio de la Infancia dice que los adolescentes no quieren compartir pupitre con un marroquí. Lo que decimos deja impacto. Tenemos la oportunidad de revisar frases como ‘vaya pelo de gitana llevas’, ‘hoy tengo un día negro’…
Pregunta. Son cosas que se han dicho siempre.
Respuesta.. Pero es mejor erradicarlas y mucho más en Educación Infantil. Ese argumento es como banalizar el bullying diciendo que son cosas de niños. No le damos importancia pero la tiene.
Pregunta. Decimos que los niños son egoístas, incluso crueles, ¿es cierto?
Respuesta.Paradójicamente en las etapas 0-6 y la adolescencia es cuando más altruismo y voluntariado existe, pero no les ofrecemos situaciones para aprovecharlo y se pierde. Deberíamos llevar a los niños a más acciones solidarias.
Pregunta. A veces los padres no sabemos cómo acertar y buscamos consejos en todos sitios.
Respuesta. Hay un auge de vídeos en Instagram. Pretendemos educar con cuatro tips en asuntos como las rabietas o la adolescencia y no puede ser. No hay más solución que repetir y tener mucha paciencia. Es importante ser firmes en los límites y si el cuarto no está recogido, tiene que haber una consecuencia. Hay que educar con cariño, pero no es lo mismo que la permisividad. Los adultos somos su referente y somos nosotros quienes tenemos que poner los límites y que sean claros.
Pregunta. ¿Cómo frenamos el racismo desde la escuela?
Respuesta. Además de con el lenguaje, podemos intervenir en los disfraces, por ejemplo. En el colegio se usan mucho para celebrar los carnavales o Halloween. Es fácil ir de chino o de geisha; debería hacerse desde el respeto, no desde la burla.
Pregunta. ¿Y el machismo?
Respuesta. Es necesario empezar en Infantil y hablar de los estereotipos, de los colores, de los juegos, etc., para no hacer distinciones de género. En casa podemos empezar en la propia habitación. También importa mucho cómo hablamos: a las niñas, desde pequeñas, les hablamos con voz suave y con esto les estamos comunicando que son frágiles y sensibles. A ellos, en cambio, les decimos ‘vamos, campeón, que tú puedes’. Si decimos cosas como ‘pareces un camionero’ y ‘los niños no lloran’, ¿qué esperamos después? Estas diferencias influyen en la construcción de su personalidad. A través de los cuentos podemos trabajar esto para que ellas no estén preocupadas por cuestiones estéticas y ellos tengan que ser los príncipes activos.
Pregunta. ¿Qué opina sobre la llamada cultura de cancelación de los cuentos clásicos?
Creo que podemos aprovecharlos para analizarlos desde otro punto de vista y llevárnoslos a la actualidad. La colección ‘Érase dos veces’, por ejemplo, toma los cuentos clásicos y aporta otro contenido. Su ‘Blancanieves’ no se quiere casar con el príncipe ni quiere recibir el beso sin permiso. Quiere ser fotógrafa. Los clásicos perpetúan el estereotipo de la princesa rescatada y es bueno ofrecer estos contrastes. ¡Si hasta las películas de Disney han cambiado! Yo sí les daría una oportunidad a estos libros, pero para comparar con lo que sucede ahora y debatir en clase.
Fuente: https://www.elmundo.es/