El 31,7% de los hombres en esta franja de edad ha estudiado, como mucho, la ESO. Tener más formación no guarda relación con creer en la teoría de la conspiración, aunque sí con un mayor compromiso cívico, según un estudio de la OCDE
ROCÍO RUIZ@RuizLop
El nivel de escolarización en España ha aumentado en los últimos años, pero el panorama educativo español aún cuenta con algunos agujeros que lastran el sistema. Los datos hablan por sí solos cuando reparamos en el número de jóvenes que cuentan con una edad entre 25 y 35 años y que, como mucho, tienen la ESO. Un porcentaje que alcanza el 26,5% de media en términos globales pero que, en el caso de los varones, es especialmente preocupante ya que llega al 31,7%, mientras que en mujeres es del 21,3%, lo que revela una importante brecha de género.
Esto significa que al menos uno de cada tres varones españoles en esta franja de edad no tiene estudios medios, como la FP o el Bachillerato finalizado, que es la formación que ahora se necesita para poder afrontar con garantías su inserción laboral y social, según queda reflejado en el estudio “Panorama de la Educación 2023” de la OCDE, que ha hecho público el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP).
“El informe insiste en la idea de que necesitamos trabajar para lograr que haya una menor proporción de jóvenes que no concluyen los estudios al finalizar la ESO o que ni siquiera la terminan. Sigue siendo uno de los problemas que se destacan en todos los informes internacionales y que representa un problema agravado en el caso de los chicos. Si bien se ha producido una ligera bajada en el porcentaje respecto al último año (27,7%), no parece que a ese ritmo vayamos a converger con los niveles de la OCDE y la UE, a lo cual también se une el estancamiento en la reducción de la tasa de abandono”, detalla a LA RAZÓN Ismael Sanz, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) y de la London School of Economics. Y es que, en España, superar el nivel educativo de Secundaria y realizar una Formación Profesional de Grado Medio aumenta así en un 20% las posibilidades de encontrar empleo para los jóvenes españoles de entre 25 y 34 años, según constata el documento. Y lo encuentran antes, precisamente, los titulados en FP de Grado Superior, ya que casi el 83% trabaja a los 3 o 4 años de la graduación, mientras que los universitarios tardan cinco.
El estudio se ratifica en la idea de que a mayor formación, mayor sueldo. Las personas con titulaciones superiores ganan en España un 55% más que las que no estudiaron más allá de la segunda etapa de secundaria (principalmente Bachillerato y FP de Grado Medio). En la OCDE y la UE, las diferencias son respectivamente del 56% y el 52%.
Mujeres profesoras
El documento repara en otro dato curioso que afecta a toda la OCDE, como es el elevado porcentaje de mujeres en la Educación Infantil. En España, el 93% de los docentes son mujeres, mientras que solamente un 7% son hombres. “Una proporción de género equilibrada entre el profesorado expone al alumno a modelos masculinos y femeninos y contribuye a crear un entorno de clase diverso. Pese a que las maestras no refuercen los estereotipos de género en sus interacciones con los niños, ni la mera presencia de maestros varones corrija este problema, los académicos argumentan que la comprensión del género por parte de los niños y niñas se amplía cuando pueden observar una mayor variedad de expresiones de género”, dice el estudio. Más aún, repara en la opinión de algunos expertos que argumentan que los estereotipos de género de las mujeres como cuidadoras “contribuyen a la percepción de la enseñanza en el nivel infantil como una profesión femenina”. Otros, como Sanz, apuntan la idea de que, aunque no esté muy estudiado, la sobrerrepresentación de mujeres en la enseñanza y el hecho de que los alumnos varones no tengan un modelo masculino “pueda influir en que los hombres se estén quedando más rezagados en los estudios o les haga pensar que esta formación no es para varones”
Más sueldo pero también más horas de clase
Hay otros datos que vienen repitiéndose año tras año con escasas variaciones como es el hecho de que, en España, la proporción de alumnos por profesor es menor que en otros países, especialmente en la FP. En Secundaria, la media es de 11 estudiantes por docente (14 en la media OCDE y la UE25), y en la de FP, de 9 (15 en la OCDE y 14 en la UE25). En el caso de la FP de Grado Superior la cifra es de 11, una proporción también más baja que la media de la OCDE (16) y de la UE25 (13).
Pero también los docentes españoles dan más clases que el resto, especialmente en la ESO, donde España supera en 140 horas la media de la OCDE. Ahora bien, el salario que perciben está por encima de la media de la OCDE, aunque en España hace falta que pasen 39 años para que un docente pueda conseguir el salario más alto en la escala docente.
Internacionalización
Otro de los agujeros que quedan a la vista con este estudio es la poca capacidad de atracción de las universidades españolas de estudiantes internacionales: solo el 1,7% de nuestros estudiantes son extranjeros, lejos del 4,9% de la OCDE.
Teoría de la conspiración
La OCDE se adentra esta vez en otras cuestiones interesantes, como es la relación entre el nivel educativo y la creencia en las teorías de la conspiración. Así, pese a que muchos estudios constatan que las personas con niveles educativos más altos es menos probable que crean en ellas, en España, no está tan claro que la formación influya, ya que el grupo que más apoya estas teorías no es precisamente el de menor nivel educativo, según la Encuesta Social Europea, sino más bien todo lo contrario. También revela que no existe relación entre la percepción que existen sobre la democracia y el nivel educativo aunque, por el contrario, se demuestra que a mayor formación, mayor compromiso cívico en organizaciones benéficas o sin ánimo de lucro.
Fuente: https://www.larazon.es/