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Mi hijo se hace mayor… ya es un adolescente: ¿cómo asumir que los hijos ya no son niños?

Mi hijo se hace mayor

LAURA RUIZ MITJANA

«Mi hijo se hace mayor… ya es un adolescente». ¿Estás pasando por esta etapa y tienes emociones encontradas? Por un lado, quizás sientas ilusión y orgullo de poder verlo crecer, y de ver el chico o la chica en el que se ha convertido.

Y por el otro, también puede que experimentes cierta nostalgia o melancolía, tristeza por tener que despedirte de esta etapa de la niñez, dudas, miedos, incertidumbre, desconcierto… Pues bien, todo lo que sientes es normal.

¿Cómo afrontar esta nueva etapa vital con tu hijo y contigo mismo? Ya sea como padre, como madre o como pareja. Te damos algunas ideas para conocer los cambios que supone esta nueva etapa y cómo hacerles frente de forma saludable.

Adiós al niño que fue

En realidad, cuando nuestro hijo, que «hace dos días» tan solo era un niño, ya se ha convertido en un adolescente, empezamos un proceso de duelo de esa niñez.

Y a través de ese duelo, tenemos que despedirnos de esta etapa de su infancia; claro que nunca la olvidaremos, y siempre formará parte de nuestros más preciados recuerdos, pero hemos de entender que ya fue.

Aspectos importantes de la entrada a la adolescencia

Ocurren muchas cosas cuando tu hijo va entrando, progresivamente, en la etapa de la adolescencia, y que conviene conocer para acompañarle mejor. Algunas de las más importantes son:

«El corte del segundo cordón umbilical»; con todo, tu hijo puede que necesite cierta distancia con vosotros, los padres, para sentir que puede volar, buscarse a sí mismo y tomar sus propias decisiones.

Es un proceso normal, y muy saludable, aunque también es normal que duela a los padres, que ven que su hijo ya no es ese pequeño; y de ahí la experiencia de duelo que comentábamos al inicio.

Los tres duelos de la adolescencia

También es importante que sepas que no serás el único, o la única, en iniciar un duelo; también tu hijo deberá pasar por él (de hecho, por varios de ellos).

Arminda Aberastury, pionera del psicoanálisis de niños y adolescentes, señala que en la adolescencia se elaboran principalmente tres duelos: el duelo por el cuerpo infantil perdido, el duelo por la identidad y el rol infantil, y el duelo por los padres de la infancia.

Y en esta época de la vida, es normal que tu hijo tenga confusión de roles, puesto que ya no puede mantener esa posición de dependencia infantil ni tampoco puede asumir la envergadura de una identidad adulta. Está en ese «punto medio» tan complejo.

Por ello, es muy importante que acompañes a tu hijo en esos duelos, pero sin que sienta que invades su espacio.

Mi hijo ya no es un niño: ¿cómo afrontar este proceso?

Hablamos de un duelo

Recuerda que tú también haces un duelo. El duelo es la reacción psicológica natural a la pérdida, y esta pérdida puede ser también, un importante cambio de etapa, junto a la «pérdida» de la niñez.

Nuestros hijos se hacen mayores y esto es un cambio importante; por ello, deberemos prepararnos para este nuevo proceso y asumir que la realidad cambió.

Date permiso para sentir

Date permiso para experimentar todas las emociones; todas ellas son válidas, está bien que te sientes así. Puede que experimentes pena, tristeza, desconcierto, confusión, nostalgia… todas las emociones tienen su función, acógelas.

Confía en tus hijos

Aunque esta etapa es nueva para todos, es importante que confíes en tus hijos y en sus decisiones (y más cuando te han demostrado esa confianza).

Piensa en todos aquellos momentos en que tomaron buenas decisiones, en que les soltaste la mano y aprendieron a no caer. La adolescencia es compleja, sí, pero seguro que «lo harán bien».

Acompáñalos respetando su espacio

Es importante también que acompañes a tus hijos en este proceso de cambio, pero respetando sus tiempos, sus espacios.

Es normal que ahora busquen más su libertad, y que quieran alejarse, en cierta manera, de los padres. No les pongas trabas, déjales ser.

Busca nuevas conexiones con tu hijo

Ahora que tu hijo ya se adentra en la etapa de la adolescencia, es normal que sus intereses (y prioridades) cambien. Quizás les apetece estar menos en casa y más con los amigos, empezar a viajar, hacer cosas solos… y es normal, buscan esa autodeterminación.

Sin embargo, también es un buen momento para buscar nuevas actividades que te conecten con tu hijo.

Explora sus intereses, habla abiertamente con él, cultiva esa cercanía. Esto puede conllevar un proceso de re-adaptación a vuestra relación, pero seguro que aún hay muchas cosas que os unen.

Un nuevo ciclo vital: sigue invirtiendo en ti

Y, de igual forma que es imprescindible que pienses en tu «ya hijo adolescente», y en lo que necesita, también es esencial que pienses en ti (y en vosotros como pareja).

Así, puedes aprovechar este cambio en vuestra vida para volver a sumergirte en los caminos, proyectos o actividades que dejaste «apartados» cuando vuestros hijos nacieron y aún eran pequeños.

Se trata del inicio de un nuevo ciclo vital; date permiso para volver a conectar con esos hobbies y vuelve a viajar, a estudiar, a ver con más frecuencia a tus amigos… lo que sea; todo aquello que te apetezca y que ahora tengas más tiempo para hacer.

Cuida la relación de pareja y buscad apoyo en el otro

También es un buen momento para cuidar la relación de pareja, en caso de tener, invertir tiempo en vosotros, en buscar momentos de intimidad… Y sobre todo, ¡apoyaros el uno en el otro!

Claro que esto es algo que siempre se puede hacer, pero cuando los hijos son aún pequeños las prioridades y la logística cambian, y no siempre es fácil encontrar momentos para la pareja.

Aprovechar que los hijos ya son adolescentes y volved a disfrutar de vuestra conexión y de los planes solo para vosotros. ¡Os lo merecéis!

Y tú, ¿sientes que tu hijo se ha hecho mayor sin darte cuenta? ¿Qué te ayudó a sobrellevar mejor esta nueva etapa llena de cambios?

Fuente: https://www.bebesymas.com/

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