Ofrece a los padres la receta para preparar desde la infancia el camino hacia la difícil etapa de la adolescencia
RAQUEL MERINO
«El arbolito desde chiquitito». Como apunta el refrán popular, para evitar males mayores en el futuro es mejor ir allanando el terreno poco a poco y desde el principio. Para muchos padres, la adolescencia es la peor etapa en la crianza de sus hijos. A algunos les pilla por sorpresa, aún sabiendo que es inevitable que llegue. Prácticamente de un día para otro, ese niño o niña para el que sus padres eran imprescindibles, se encierran en sus dormitorios, apenas se relacionan con ellos, se vuelven rebeldes, con continuos cambios de humor y solo quieren estar con sus amigos.
El neuropsicólogo Álvaro Bilbao apunta que la adolescencia es una de las etapas que más preocupa a los padres y madres que llegan a su consulta, y apunta a que «la falta de límites en la infancia o algo tan simple como no escucharles cuando tienen algo que decirnos» pueden hacer que la rebeldía de la adolescencia se multiplique aún más.
El experto ha querido compartir en sus redes sociales cinco consejos que él mismo pone en práctica con sus hijos para preparar el camino hacia una adolescencia más llevadera.
El primero está relacionado con el afecto. Álvaro Bilbao señala que «el vínculo con los padres es una de las cosas que más ayuda a los niños a tener una buena adolescencia». Este vínculo positivo se consigue, según el neuropsicólogo, con cariño e invirtiendo tiempo de calidad en los hijos. «Dale besos y abrazos, pero también escúchales, preocúpate por sus cosas y pasa tiempo con ellos», recomienda.
El segundo tiene que ver con las normas y el respeto. Bilbao sugiere que se deben poner límites de una manera firme y calmada desde pequeños para que, en la adolescencia, en plena ebullición hormonal que les conduce a ser impulsivos, esa interiorización previa de las normas les lleve a ser más respetuosas con ellas y sepan manejar el autocontrol.
El tercer punto se refiere a la necesidad de prestar atención de calidad a los hijos, a pararse y escuchar lo que tienen que decir. «Sentir que tienen voz, les ayuda a sentirse valorados y tomar mejores decisiones el día de mañana», puntualiza.
Qué padre no ha dicho a sus hijos eso de: «¿Si tus amigos se tiran por un puente, tú también?». Álvaro Bilbao ofrece una alternativa a esta frase manida, en concreto, enseñarles desde chicos que cada familia toma sus propias decisiones. Para ello, recomienda que sean los padres los que decidan cuando sus hijos pueden, por ejemplo, quedarse a dormir con los amigos o tener su propio videojuego, independientemente de lo que hagan los demás.
Como último consejo, sugiere a los padres que los móviles, tabletas o cualquier dispositivo deben quedarse fuera de la mesa a la hora de comer, o de dormir y, sobre todo, dejarlos a un lado cuando sus hijos tienen algo que contarles. En definitiva, darles a entender con el ejemplo que «la tecnología no puede interferir en el descanso ni en las relaciones personales», concluye.
Fuente: https://www.diariosur.es/