Educación se relaja en sus reformas educativas: «No se espera que cambie todo en septiembre»
El Gobierno está inmerso en una reforma legal para cambiar el diseño de la prueba de acceso a la Universidad, la Selectividad. Su propósito es dar a conocer en julio un borrador en el que se recojan todos los cambios que entrarán en vigor en el curso 2024/2025. El nuevo diseño obedece a que «hay preocupación con algunos desajustes o desequilibrios» entre comunidades autónomas y a que se persigue una evaluación «menos memorística» y «más competencial». El Ministerio de Educación ya descarta definitivamente que haya una prueba única en toda España, como reclaman PP, Vox y Ciudadanos, porque «se estarían invadiendo competencias» de los gobiernos regionales.
El nuevo secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, sostiene que «hay consenso en cambiar y mejorar la prueba». La existencia del distrito único permite al alumno que se examina, por ejemplo, en Murcia, entrar con esa nota en cualquier universidad de España. Regiones como Castilla y León o Madrid han denunciado que sus universidades se les llenan de alumnos de otras autonomías que tienen un examen más fácil y eso deja fuera a sus propios estudiantes en carreras donde hay mucha competitividad, como Medicina.
Educación creó una comisión para estudiar estas desigualdades pero aún no tiene conclusiones. Lo que sí ya sabe es que «no es posible desde el punto de vista legal hacer una prueba única» en toda España. «Nos estaríamos comiendo competencias de otras comunidades autónomas, y tampoco parece necesario por definición», ha señalado Bar.
Su intención es presentar un nuevo texto en la primera quincena de julio y negociarlo con el Ministerio de Universidades, los rectores, las comunidades autónomas y los representantes de los alumnos.
«Queremos hacerla más equilibrada, no tan memorística, no tan encasillada, pero también más homologable porque hay preocupación con algunos desajustes o desequilibrios» territoriales, ha señalado Bar, que ha esbozado lo que entiende por «prueba competencial». ¿Los comentarios de texto actuales no son competenciales? «Un comentario puede ser más o menos competencial en función de los requerimientos memorísticos que haya. Sería más competencial si pusiera en juego más razonamiento crítico, más transversalidad y si tuviera que movilizar más conocimientos y no se limitara a citar una lista de autores», ha respondido.
CAMBIOS EN LOS IDIOMAS
También ha dejado ver que cambiará la forma en que se plantean los exámenes de Lengua Extranjera y si «simplemente se pone un comentario de texto». Ha puesto como ejemplo su estancia en Irlanda, donde él se centraba en estudiar el condicional y su profesor le instaba a «hablar bien, entonar bien y que se entienda». También hay un sector en el PSOE que piensa que la prueba de Inglés perjudica a los alumnos sin recursos socioeconómicos y favorece a los de entornos favorecidos. Es uno de los puntos que están analizando en varios borradores.
Bar ha mantenido este lunes un encuentro informativo con los medios de comunicación en el que ha explicado las principales líneas de actuación de su departamento en la «fase 2»; es decir, una vez la Lomloe y los currículos están aprobados y cuando ya no está de número dos Alejandro Tiana. Su sucesor tiene tres tareas: la reforma de la Selectividad, la reforma de la carrera docente y la Ley de Enseñanzas Artísticas.
También tiene la patata caliente de la negativa de Cataluña a dar un 25% de clases en castellano. En este punto, el Ministerio seguirá sin reaccionar. Bar ha dicho que no va a recurrir las dos normativas catalanas que blindan el catalán en las escuelas y renuncian a dar al español el rango de lengua vehicular de la enseñanza. «No sería el momento procesal oportuno. Quien debe decidir es el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. El juego está en el ámbito judicial», ha dicho.
Ha argumentado en que «la sentencia dictada en origen se fundamentaba en una ley distinta a la actual», en que «la Lomloe no dice cuál debe ser la lengua vehicular de la enseñanza» y en que las dos normativas catalanas están en sintonía con la Ley Celaá cuando dicen que «al finalizar la enseñanza obligatoria los alumnos deben ser competentes tanto en castellano como en catalán».
Si algo ha dejado claro el nuevo segundo de Pilar Alegría es que va a ir con calma. Bar ha transmitido el mensaje que no hay ninguna prisa en aplicar en las aulas los currículos de la Lomloe. Es consciente de las dudas que genera y de que el próximo curso comenzarán a medio gas.
«NO ESTARÁ EN LOS PRIMEROS MESES»
«El BOE no hace la reforma educativa; la hacen los profesores. Y eso tarda y tiene que ir llegando poco a poco a las aulas. Pensar que el día 1 de septiembre va a cambiar todo en los centros es meterle una presión enorme en el profesorado y poner muy nerviosa a la gente. No se espera que cambie todo a partir de septiembre, es poco real», ha dicho Bar.
El Ministerio no quiere caer en «el mismo error de la Logse, que intentó acelerar el proceso de concreción curricular y, al final, lo que hicieron los profesores es copiar las propuestas editoriales porque se quiso ir demasiado rápido». Por eso asume que los profesores «no diseñarán ni redactarán el primer día ni en los primeros 15 días ni muy probablemente en los primeros meses» los nuevos proyectos educativos. Algunas CCAA, de hecho, no tienen sus desarrollos curriculares terminados.
También hará en la Selectividad unos cambios «de forma paulatina». «Serán unos cambios progresivos», ha recalcado. La nueva prueba no comenzará hasta 2024, para que los que empiezan el primer curso de Bachillerato el próximo septiembre tengan claras desde el principio cuáles son las nuevas normas del juego, y habrá flexibilidad para aplicarlos. En la recta final de la legislatura, el Gobierno se relaja en sus reformas educativas para no pisar demasiados callos ni generar un malestar social que iría en su contra en vísperas electorales.
Fuente: https://www.elmundo.es/