El modo en que nos comunicamos con los niños va a repercutir en su desarrollo emocional y su autoestima. Si se les habla con respeto y evitando reproches, los niños tendrán más posibilidades de confiar en sí mismos, desarrollar un autoconocimiento y autoestima positivos y una predisposición a tratar a los demás de la misma forma, desde el respeto y el cariño.
Durante la crianza de los hijos hay determinados momentos en que hay que ayudarles a mejorar y motivarles. Pero es bien distinto realizar críticas constantes que minan su autoestima que utilizar las críticas constructivas.
Las primeras, las críticas constantes, suponen la emisión de juicios negativos de forma continuada. Según un estudio de la Universidad de Binghamton (Nueva York), los niños con padres muy críticos se muestran evitativos a la hora de prestar atención a las caras que expresan cualquier tipo de emoción. “Este comportamiento podría afectar sus relaciones con los demás y podría ser una de las razones por las que los niños expuestos a altos niveles de crítica corren el riesgo de sufrir depresión y ansiedad” indica el estudio.
Por otro lado, las críticas constructivas son un “juicio que se realiza con fundamento y de manera respetuosa a otra persona, con el objeto de aportar ayuda o una visión positiva con respecto a una circunstancia específica”.
Con ellas, lo que se pretende es aportar ayuda y buscar un cambio positivo, por lo que se deduce que existe una buena intención del que la expresa, que pretende apoyar al otro. Se puede decir que parten de una serie de valores como la amabilidad, la sinceridad y, especialmente, el respeto. Es lo opuesto a las críticas destructivas, que humillan, ofenden y hacen sentir mal.
Lo que diferencia y convierte a una crítica en constructiva es básicamente el mensaje que se transmite, el lenguaje que se utiliza y el tono de voz.
Para hacer críticas constructivas a los niños es fundamental tener en cuenta los siguientes aspectos.
Qué tener en cuenta para hacer crítica constructiva
1 – Deben realizarse comentarios concretos, evitando generalizar.
2 – Los comentarios deben centrarse en los hechos, no en la persona.
3 – Hay que evitar las comparaciones con los demás, es preferible que se compare lo que hace y lo puede llegar a hacer.
4 – La forma de hablar y el tono empleado debe estar basado en el respeto.
Además hay otros aspectos importantes sobre los que hay que tomar conciencia si queremos enfocarnos en realizar críticas constructivas.Otros aspectos a tener en cuenta
1 – Fijarnos en el lenguaje que utilizamos, tanto el verbal como el no verbal. Por eso, además de los puntos señalados anteriormente, debemos prestar atención al tono de voz, la postura y la velocidad con que hablamos.
2 – Utilizar la asertividad para decir las cosas claramente pero sin herir al otro.
3 – Añadir algo positivo en lo que le queremos transmitir.
4 – Observar cómo reacciona el niño para ir modificando estas pautas si es necesario, preguntándonos si le afectan, si surten efecto, si está tranquilo o se pone nervioso, etc.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/