El inicio de todo – La Educación Infantil
Todo lo que es nuevo en nuestra vida suele traer consigo un extrañamiento inicial que requiere un tiempo para acostumbrarnos, pero hasta que esto suceda podemos experimentar (incluso solo desde el punto de vista psicológico) sensación de miedo, aversión, actitudes relativas a la defensa, ataque y entre otras. Con el inicio del proceso de escolarización no es diferente, tanto la familia como el niño vivirán situaciones únicas que requerirán tiempo para adaptarse.
Enfrentando la realidad de la escuela
A lo largo de la historia, en gran parte de las sociedades, la Educación Formal se lleva a cabo en una institución (fuera del ámbito familiar), y algunos hábitos de este ambiente ya son conocidos por la mayoría de la población (como espacio específico destinado a la escolarización, ya sea público o privado, con hora de entrada, salida, que desarrolla juegos y/o actividades lúdicas, uniformes, espacio ocupado principalmente por estudiantes y profesores, entre otros). Aun así, muchas personas desconocen o no saben cómo actuar dentro de este espacio cuando se enfrentan a la situación real de escolarización en el día a día.
Pues bien, lo que queda es enfrentar la situación real, salir de lo imaginado y aprender de las nuevas experiencias. Por supuesto que te lo estarás preguntando, pero no es tan simple, a menudo estamos sin referencia, sin ayuda, temores y actuamos de la forma que podemos, ¿cierto?
La respuesta a estas preguntas puede ser tanto sí como no para todas estas interrogantes. La idea aquí es reflexionar juntos sobre algunos aspectos de ellas.
La escuela tiene como una de sus funciones sociales la formación de ciudadanos comprometidos con la transformación de la sociedad. Por lo tanto, si en nuestra sociedad valoramos la participación de la familia en el proceso de escolarización, esta necesita ser pensada, valorada y llamada a conocer cada vez más este ambiente.
Conocer y participar en el entorno escolar debe ir más allá de los cuestionarios de preguntas y respuestas, las reuniones de padres y profesores, las deliberaciones colectivas y las reuniones festivas, en gran medida promovidas por los educadores.Tiene que ser un acto habitual de presentar el espacio y los recursos humanos, acoger, intercambiar, discutir su funcionalidad, su importancia para ese momento de la vida y desarrollo del niño.
Imagina una familia que quiere matricular a un niño sin discapacidades en la Educación Infantil. Es probable que hablen sobre la seguridad de la escuela, la oferta de espacios, alimentación, material didáctico, la conversación es muy cercana a la que comúnmente sostenemos con un vendedor, quien estará acercando los puntos positivos del espacio escolar buscando deleitar a los “compradores”. Sin embargo, cuando la misma familia dice que su hijo tiene algún tipo de deficiencia o discapacidad, la conversación cambia completamente, las preguntas se dirigen a los familiares, empiezan a hablar de normas y reglas, costos, recursos materiales, recursos humanos, una lista de preguntas que surgen ni siquiera habían sido pensadas por la familia, que en ese momento sólo quería reflexionar sobre si inscribir o no a su hijo en la escuela.
La escuela no debería centrarse solo en «vender» el encanto del espacio ni en reaccionar ante un dato que es solo uno de los aspectos únicos del niño. Debería transformar la llegada de esta familia en un momento significativo, formativo y acogedor, dispuesta a colaborar con las familias.
Al elegir las escuelas de su preferencia, sería interesante conocerlas y conversar sobre cómo entienden la atención a personas con TEA, la experiencia que tienen sobre el tema, quiénes son los educadores y sus respectivas formaciones, qué currículo desarrollan y sus diferencias que pueden hacer que usted decida por este lugar. Hacer una lista con sus preferencias, lo que ofrecen, lo que le parece interesante y lo que espera de la escuela puede ayudar a aclarar las reflexiones de la familia en este momento y ayudar en la mejor decisión.
También busque leer artículos, libros y materiales sobre la modalidad de enseñanza. Esto también ayudará a tomar decisiones con más propiedad sobre el tema. Cómo aprenden los niños de Educación Infantil, necesitan el mismo material y/o espacio que los alumnos de Educación Primaria I, cómo los familiares pueden ayudar en el inicio de la escolarización son cuestiones recurrentes en el grupo de edad infantil.
Durante todo el proceso surgirán muchas dudas, y todas son válidas, excepto la que te lleva a cuestionar si tu hijo debe o no asistir a la Educación Infantil, ya que se ha demostrado los innumerables beneficios de este proceso desde la primera infancia para todos.
Ahora es el momento de reflexionar en familia sobre cómo las escuelas actúan teniendo como referencia principal la forma en que ustedes conciben el aprendizaje, la vida y las relaciones. Si la familia es muy tradicional, enseñar con un plan de estudios más abierto puede no ser la mejor opción. Y acepta un desvío, cuando tu elección te parezca la correcta, pero en el camino tus prioridades cambien y tendrás que elegir otro lugar.
Entender que esta elección no debe basarse únicamente en el diagnóstico de su hijo, ya que también es un niño que presentará todas las necesidades de los demás estudiantes, aunque de forma «singular», es un gran paso de aceptación que influirá directamente en quién lo recibirá en el entorno escolar.
El viaje apenas está comenzando, y no todo serán preocupaciones, aciertos o errores. Habrá mucho desarrollo, aprendizaje, intercambios y momentos felices. ¿Comenzamos el viaje?
Luciana Nascimento Crescente Arantes – Doctorado en Educación: historia, política y sociedad.